17 - 08 - 2017

La defensa de los derechos humanos es una actividad de alto riesgo


El trabajo de los defensores y defensoras de los derechos humanos es más bien un compromiso fundamental para visibilizar situaciones de injusticia social, combatir la impunidad e impulsar los procesos democráticos en todo el mundo. 

Los defensores son personas que, a título individual o colectivo, trabajan para hacer realidad los derechos recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en las diversas normas que la contienen. Los defensores actúan de manera pacífica, impulsan el desarrollo, la lucha contra la pobreza, realizan acciones humanitarias, fomentan la reconstrucción de la paz y la justicia, y promueven derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales.

En la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Defensores de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General el 9 de diciembre de 1998, la ONU no solo reconoció su legitimidad, al considerar la defensa de los derechos humanos como un derecho en sí mismo, sino que avalaron el papel decisivo que desempeñan y la necesidad de garantizar su protección.

A pesar de la labor fundamental que realizan a favor de la sociedad, en algunas ocasiones las actividades de los defensores implican graves riesgos. En muchos países las personas y las organizaciones dedicadas a promover y defender los derechos humanos y las libertades fundamentales a menudo están expuestas a diferentes amenazas, acosos, hostigamiento y campañas de criminalización que los mantienen en constante inseguridad como resultado de su labor. A veces, las amenazas se reflejan en restricciones de la libertad de asociación o expresión o del derecho de reunión pacífica, abusos en los procedimientos civiles o penales. Estas amenazas y acoso repercuten negativamente en su labor y su seguridad, y subsecuentemente en la sociedad.

Los defensores abordan cualquier problema de derechos humanos, desde las ejecuciones extrajudiciales hasta la tortura, la detención arbitraria, la mutilación genital de las mujeres, la discriminación, las cuestiones laborales, los desplazamientos forzados, el acceso a la atención sanitaria o los desechos tóxicos y su impacto en el medio ambiente. Los defensores actúan en favor de derechos humanos tan diversos como el derecho a la vida, la alimentación y el agua, el nivel más alto posible de salud, una vivienda adecuada, un nombre y una nacionalidad, la educación, la libertad de circulación y la no discriminación.

También defienden los derechos de todos sin discriminación alguna, por ejemplo, los derechos de la mujer, el niño, los indígenas, los refugiados y desplazados internos, y de minorías nacionales, lingüísticas o sexuales.

Los defensores de los derechos humanos actúan en todas las partes del mundo: tanto en los Estados que están divididos por conflictos armados internos como en los que son estables; en los no democráticos y en los que el ejercicio de la democracia está firmemente asentado; en los que económicamente están en desarrollo y los clasificados como países desarrollados. Se esfuerzan en promover y proteger los derechos humanos en contextos con grandes dificultades, en particular el VIH/SIDA, el desarrollo, la migración, las políticas de ajuste estructural y la transición política.

La mayoría de los defensores desarrollan su actividad en el plano nacional o local, en defensa del respeto de esos derechos en sus propias comunidades y países. Sus principales homólogos son las autoridades locales encargadas de garantizar el respeto de los derechos humanos en una provincia o el país en su conjunto. Sin embargo, algunos defensores actúan en el plano internacional o regional. Por ejemplo, pueden supervisar una situación regional o mundial en materia de derechos humanos y remitir información a mecanismos regionales o universales de protección de derechos humanos, incluidos los mecanismos no convencionales creados por Naciones Unidas, relatores especiales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos  y los órganos creados en virtud de tratados de la ONU.

Los defensores investigan casos de vulneración de los derechos, reúnen información sobre ellos y presentan informes al respecto. Por ejemplo, pueden aplicar estrategias de presión para que sus informes lleguen a la opinión pública en general y a determinados funcionarios políticos y judiciales a fin de que se tenga en cuenta su labor de investigación y se examinen dichas violaciones.

En gran medida, el trabajo de los defensores consiste en estrategias de apoyo a las víctimas de violaciones de derechos humanos. El hecho de investigar y hacer públicos esos delitos puede contribuir a ponerles fin, evitar que se repitan y ayudar a las víctimas a elevar sus casos ante los tribunales nacionales o ante otras instancias internacionales y obtener justicia y reparación. Algunos defensores prestan asistencia letrada profesional y representan a las víctimas en los procesos. Otros ofrecen asesoramiento y apoyo para la rehabilitación de las víctimas.

La actividad de muchos defensores se concentra en el hecho de ejercer presión sobre las autoridades y promover la realización de mayores esfuerzos por parte del Estado para cumplir las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.

Los defensores contribuyen a que se haga justicia a las víctimas y a acabar con las pautas de impunidad, evitando así violaciones futuras. Un gran número de defensores concentran sus esfuerzos exclusivamente en poner fin a la impunidad.

En la Declaración sobre los defensores de los derechos humanos se hace referencia a “los individuos, los grupos y las instituciones que contribuyen a la eliminación efectiva de todas las violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos y los individuos”.

En ese sentido y de acuerdo con esta definición general, pueden ser defensores cualquier persona o grupos de personas que se esfuercen en promover los derechos humanos, desde organizaciones  intergubernamentales asentadas en las mayores ciudades del mundo hasta individuos que trabajan en sus comunidades locales. Los defensores pueden ser de cualquier género, tener distintas edades, proceder de cualquier parte del mundo y tener cualquier antecedente profesional o de otro tipo. Es importante observar, en particular, que los defensores de los derechos humanos no sólo desarrollan su actividad en organizaciones no gubernamentales, sino que, en algunos casos, también pueden ser empleados del Estado, funcionarios públicos o miembros del sector privado.

De acuerdo con la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) actuar en la defensa de los derechos humanos es una actividad de alto riesgo, y los grupos e individuos que se comprometen en esta vía son un blanco privilegiado de las autoridades y de grupos privados. Cada año, cientos de activistas son víctimas de amenazas e intimidaciones, campañas de desprestigio,  hostigamiento, arrestos y detenciones arbitrarias, malos tratos e incluso asesinatos en represalia por sus actividades en favor de los derechos humanos.

Gracias a las organizaciones miembro (actualmente son 311), la OMCT ha podido desde sus inicios evaluar el papel fundamental que juegan los defensores en el surgimiento de una sociedad civil dinámica. Alarmados por la represión de la cual eran objeto los defensores, la OMCT decidió movilizarse para mejorar su seguridad.

De esta forma, la OMCT ha jugado un papel pionero en la protección de los defensores, denunciando sistemáticamente los ataques en su contra. Gracias a la movilización de la OMCT y de otras ONG para que fuera adoptado un texto tendiente a  asegurar una protección a estos grupos e individuos, la «Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos», fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1998.

La OMCT también ha contribuido a la creación de un mandato de protección de los defensores de los derechos humanos en el seno de las Naciones Unidas, así como la inclusión de esta cuestión en la agenda de las principales organizaciones regionales (Comisión Africana de Derechos Humanios, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa, la Unión Europea, el Consejo de Europa, etc.). El conocimiento de los responsables políticos y la opinión pública también ha sido una prioridad de la obra. COFAVIC tiene el privilegio de formar parte de la Red SOS de la OMCT con el fin de poder darles cobertura a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y a los defensores de derechos humanos que sufran ataques por la labor que desempeñan.